Actividad 1: Sobre la relación entre ética y estética

En Concepción estética del arte y la literatura en José Martí de Florinda Alzaga se describe, siguiendo el pensamiento de Martí, el papel del arte en la sociedad, y de sus planteamientos se puede deducir una ética, que se vincula con la estética. Martí, como hijo de su época, cree en la función formadora del arte, que tiene que contribuir con la educación de los pueblos y la construcción de mejores personas por eso Martí resalta que el maestro llevará a cabo esa labor.

Leyendo al ensayo y las citas de Martí, hoy, en perspectiva, se aprecia como en algunos aspectos el arte sigue vigente como formador y en otros casos no se desarrolla así. Ahora se puede hablar de una diversidad de las artes, y diversidad de percepciones para apreciarlo. La pregunta que queda abierta es ¿El arte todavía sigue educando a la sociedad? Las respuestas pueden ser muchas, según la posición que tenga cada uno sobre el tema. Una respuesta es la que ofrece José Martí.

Martí, en búsqueda de referentes que sustenten su concepción de la estética, recurre a la antigua Grecia, en la que se creía en la unidad de la belleza, la unidad de la verdad y de la bondad; la estética, la lógica y la ética. El hombre ideal, o “sincero”, en términos de Martí, es el que tiene éstas características.

Así lo describe Florinda Alzaga, «El arte como el medio más directo de captar con la inspiración la verdad y de quitar la falsedad de la apariencia. Es la verdad, el sentido, la idea lo esencial: el concepto que se vierte en formas de belleza, si no, no fuera arte. Belleza de la que emana, en cierto modo, la bondad en cuanto que la belleza, para Martí, eleva y ennoblece. De ahí que escriba en su artículo “Haití y los Estados Unidos”: «El hombre es noble y tiende a lo mejor; el que conoce lo bello, y la moral que viene de él, no puede vivir luego sin moral y sin belleza». Belleza, verdad y bondad como rasgos esenciales que se unen y se complementan en la estética martiana.» (Alzaga, 143, 1983)

La diferencia de la época de Martí con la época actual es que hoy hemos perdido los referentes éticos y estéticos. También se puede hablar de que nuestros referentes hoy son otros. Los referentes son la memoria de la cultura, son la guía que indica el camino. Para recuperar los referentes es fundamental el papel del maestro, que puede volver sobre las tradiciones, personajes, hechos y pensamientos que han orientado nuestra historia. Para Martí, la literatura tenía que expresar los tiempos que se estaban viviendo y se lamentaba porque la literatura de su tiempo no lo hacía, «Martí lo plasma en palabras, y escribe: «La literatura de nuestros tiempos es ineficaz, porque no es la expresión de nuestros tiempos»» (Alzaga: 151, 1983). Para él, la literatura tenía que tener como referente al tiempo en que se escribiera.

La labor de relacionar el arte con la vida, depende de las personas que lo perciban, si una obra está diciendo algo que conmueva o simplemente no está diciendo nada. Ahora está en la labor de cada uno ver el valor de una obra, verse en el arte y encontrar que hay de nosotros en esa imagen, ese texto, esa música. También está en nuestras manos, en nuestras palabras, encontrar lo que nos une, lo que hace que tengamos un punto de encuentro en la lectura de una obra. Así se establece un diálogo del lector con la obra y del lector con los demás.

Puede que el arte actual se distancie mucho del arte concebido por Martí, que ya no exprese el “alma del pueblo”, pero puede que sí exprese la humanidad, conmueva nuestro interior y viva en la memoria. Así lo describe Cortázar, al referirse a los buenos cuentos, que puede extenderse a las buenas obras de arte, «Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol crecerá en nosotros, dará su sombra en nuestra memoria.» (Cortázar).

Bibliografía

-Alzaga, Florinda. (1983). Concepción estética del arte y la literatura en José Marti. Centro Virtual Cervantes.
-Cortázar,Julio. Algunos aspectos del cuento. Tomado de ciudadseva.com