martes, 18 de agosto de 2009

Actividad 1: Si fuera prohibida la Literatura.



Un día a la humanidad le fue arrebatada la magia, dejaron de existir las palabras más hermosas del mundo, fallecieron los seres mágicos como las hadas, duendes, unicornios, elfos o gigantes. Un día los romances más apasionantes fueron fulminados por la inexistencia de todas las pasiones y sentimientos que los componen. Un día la fantasía de un prófugo de vivir debajo de las cuatro faldas de la mujer que pelaba patatas dejó de existir. La valentía de un caballero que luchaba contra los molinos de viento se perdió entre una de las aspas. Todo se fue esfumando, ya no hubo deseo, mariposas amarillas, guerreros de pesadas armadura, nada…

Hubo una vez que nunca más volvió a ser, un verso que se volvió prosa, un poema que se desvaneció en el aire, una novela sin personajes, unas flores del mal que se marchitaron y fueron botadas a la basura, un canto villano que nunca más volvió a sonar, una odisea en la que los héroes se desvanecieron antes de llegar a sus batallas. Pasó que un día murieron musas, bardos, poetas, escritores y letras.

Pero esto aún no era lo más aterrador, pues al fin al cabo éste mundo era creado, deforme, variado, en verso y con esfuerzo. Lo más horrible no era su muerte, era lo que su muerte le había significado al hombre. Él perdió los sentimientos, le fue quitada la palabra de la boca, las letras de las manos, el alma del cuerpo y el corazón, el pobre y dulce corazón, se hizo tan pequeño que apenas latía. Los ojos nunca más se deleitaron con los pequeños milagros que los poetas revelaban en sus versos. La risa, el desfile de sus dientes, nunca más se volvió a ver porque tanto el carnaval de Rabelais como las comedias de Shakespeare ya no existían.

En las escuelas no se volvió a leer, nunca más fue necesario ya que lo único que se enseñaba era los números, las medidas, lo que estaba establecido por las “ciencias duras”. Mientras tanto, las otras ciencias, las que vivían del lenguaje y la industria de la imaginería en telares de letras, como la patafísica y hasta la metafísica, perecieron por causa de este desastroso fenómeno. Los niños, aquellos que jugaban, saltaban cuerda, se escondían a la cuenta de diez y volaban mientras se les contaba una historia, esos niños nunca más volvieron a ser como antes pues ahora eran pequeños adultos. El juego les fue vetado, “No más rimas y tretas, ni cantos ni saltos” dijeron los maestros.

Pero un día una anciana, de esas que en cada arruga llevan la historia de todo un pueblo, que en sus faldas están bordados los recuerdos y que sus sandalias están atadas con el hilo de los pensamientos. Una anciana que con sus lentes de cristal presenció cada momento de este apocalipsis le dijo a su nieto más joven, mientras a escondidas le enseñaba a leer con su único libro: “Nunca más pierdas la magia de las letras porque con ellas está tu alma pequeño mío.”

Imagen tomada de: http://guias.masoportunidades.com.ar/wp-content/uploads/2008/11/libros-de-terror.jpg

3 comentarios:

  1. Hay dos textos que me recuerdan Si fuera prohibida la literatura. El primero

    FAHRENHEIT 451 de Ray Bradbury
    Vean esta reseña encontrada en una página de internet: es la utopía más negra, horrorosa y apocalíptica que nos ha ofrecido la literatura de ciencia-ficción. En esta obra insuperable, Bradbury nos describe una sociedad en la que los libros y la lectura están proscritos, en la que impera el culto al hedonismo puro y duro y en el que los poderes públicos persiguen sañudamente a todo aquel que posea libros, a todos los que todavía, a escondidas, se entregan al nefasto vicio de la lectura. En el país descrito por el autor hay que ser feliz por decreto, y la gran mayoría de la gente lo es. Claro que se trata de una felicidad vacua, implantada en los débiles cerebros de las masas a través, sobre todo, de la televisión. Leer obliga a pensar por uno mismo, y por lo tanto, impide ser estúpidamente feliz. Por eso en el país de Montag atesorar libros es un delito y leerlos un crimen severamente castigado por las leyes. Esa conducta asocial debe ser erradicada como sea, a fin de que los nuevos apestados, los que no sólo osan leer, sino que además tratan de que otros lean, no contaminen al resto con sus perniciosos hábitos.

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  2. El otro libro es La historia interminable de Michael Ende. Este novela la leí cuando estaba estudiando literatua infantil y me dije por qué no leí esta obra cuando niña, me hubiese gustado mucho... salvar Fantasía en compañia de Bastian y Atreyu. Ser capaz de arriesgarse comprendiéndose a sí mismo, es un viaje donde se comprende que la fantasía nos ayuda a explorar lo más interno de nosotros mismos y a crear caminos que nunca imaginamos para nuestra vida.

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  3. Al respecto, lo que ocurre es que nos basamos en libros como "Utopía" de Tomás Moro y "La República" de Platón en donde se plantean modelos sociales perfectos pero en los cuales no es tenida en cuenta la literatura.
    Gracias.
    Cristina

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