Un día tuve ganas de vivir, pero otro menos esperado, iluminaste mi camino con tu dulce presencia, y con ella infundste vida, alegría y paz a cada paso que dirigía hacia adelante.
Haz sido tu mi fuerza, mi anhelo, mi apoyo, mi refugio, se que si caigo tu me levantas, se que si lloro tu me consuelas, se que eres mi cura, mi remedio, mi alegría y mi amor verdadero.
Me llenaste de motivos, me llenaste de paz, me llenaste de amor, me llenaste de tí, de tu amanera de mirar, de hablar, de sentir... me llenaste de todo lo más hermoso reunido en cielo y tierra, y me sentí completa.
Vivo y muero por tí, canto y sonrío contigo, eres mi angel, mi luz, mi vida, mi paz y mi amor.
imagen obtenida de
nobaj.blogspot.es/
Jenny Pérez
Y aquién le dirijes esas palabras... pues son palabras que comprometen, expresar lo que sentimos es estar vivo.
ResponderEliminar