miércoles, 16 de septiembre de 2009

Actividad 1: Texto opinativo


Jorge Larrosa propone o recoge tres metáforas fundamentales para explicar la lectura. La primera hace referencia a la lectura como droga o sustancia que entra en el alma y la puede con-formar, trans-formar o de-formar, para esto retoma los planteamientos de Platón. La segunda es la lectura como viaje, que puede ser entendido como un viaje imaginativo, exterior o interior, en el sentido que permea lo íntimo del hombre. Finalmente, la tercera metáfora hace referencia a la lectura como la traducción entendida como la trasplantar de una lengua a otra un sentido.
Con lo que respecta a la primera de las afirmaciones que dice “Consumir droga es falta de imaginación” se relaciona con la primera de las metáforas. Si se consume la lectura como droga opino que en lo más mínimo es produce falta de imaginación, siguiendo a Larrosa, puede llegar a ser perjudicial para el alma, pero nunca para la imaginación, todo lo contrario, la alimenta más y más, tanto que la puede llevar a la creación o a la destrucción (de manera negativa). Además, si bien es cierto que la sociedad actual nos remite a abrirnos a otros senderos, ser tolerantes con ciertos comportamientos que son el resultado de distintos movimientos culturales, en mi criterio consumir droga (entendida como sustancias psicoactivas) si es una falta de imaginación absoluta porque es un medio de evasión, aunque hay casos excepcionales, en los cuales puede ser curativa.
Por otra parte, la frase de Franz Kafka en su carta a su amigo Oskar Pollak (1904) que dice “Un libro puede ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros” es verdad. Si se mira a la luz de la metáfora de viaje de Larrosa y de su noción de experiencia, así deben ser los libros. Viaje en tanto la lectura nos lleva a explorar lo íntimo, lo más personal, lo que sólo cada uno es capaz de conocer sin intermediarios, bien sea cuando nos sentimos identificados con los personajes, cuando nos quedamos pensando en una frase, cuando sentimos que un personaje actúa de manera aberrante o exquisita, etc. Y por otra parte, en tanto experiencia ya que la obra nos atraviesa, nos hace sentirla y nos transforma, no pasa simplemente frente a nuestros ojos, sino que se queda en el alma, en el espíritu, en cada subjetividad.
Al final, creo que todo exceso es malo, pero el de la lectura no, a menos que sea utilizado para hacer daño como golpear a otro con un libro. Lo importante es saber tomar lo que más cerca sentimos de cada lectura, con eso que nos hizo mover todo. Que la lectura sea droga o viaje, no importa, pero que nos toque.

Bibliografía:
Larrosa, J. (1996). “La experiencia de la lectura”. Capítulo I: “Literatura, experiencia y formación”. Barcelona: Laertes.

1 comentario:

  1. Pienso que la ideas es que a veces queremos sentir alteraciones de este mundo y eso lo lleve hacer la droga o el alcohol... pero si vieramos que también podemos ahcer alteraciones del mundo, de la organización tiempo-espacio, sociedad-control, entre otros, con la imaginación. ¿Qué es imaginar? Pues pensar el mundo de otra forma, encontrar otras relaciones, por ello la imaginación esta presente en nuestra vida diaria, pues podemos dar otras formas a lo que vivimos, a nuestra realidad.... no requerimos alterar la conciencia con sicoactivos para ver otras realidad. Yo hice una cita de Manfred MaxNeef en mi ensayo, los invito a leerla nuevamente, en una cita sobre la creatividad.

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